¿Qué es procrastinar y cómo podemos evitarlo?

La palabra procrastinar proviene del latín procrastinare que significa diferir, aplazar, posponer. Según Wikipedia:

«Es la acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables por miedo a afrontarlas o pereza a realizarlas».

Suele constituir a largo plazo un círculo vicioso, pues se aplazan las cosas importantes que debes realizar, te pones excusas, hecho que genera culpa por no efectuar dicha actividad, lo que conlleva a sentir estrés, ansiedad y frustración, por no tener el tiempo que en que se debió cumplir una determinada tarea. Este círculo suele repetirse muchas veces sin darnos cuenta, sin embargo, podemos intervenir en esta conducta y cambiarla.

Te ponemos un ejemplo… Imagina que debes estudiar para un examen importante y no lo has hecho, razón por la cual decides comenzar; entonces, de repente viene a tu mente una idea al estilo: “mejor te duchas primero y así estás más fresco”. Suspendes lo que tenías pensado hacer y te vas a duchar. Posteriormente, piensas en comer, para que no te de hambre mientras estudias; te sientas, te llega un WhatsApp, respondes y luego, decides entrar a Instagram a ver las últimas publicaciones y reels.

Joven sentado frente a su ordenador portátil, mirando su smartphone.
Procrastinar, una situación por la que todos hemos pasado, y que es importante identificar y aprender a manejar.

Cuando te vienes a dar cuenta, ya has dejado pasar dos o más horas. La ventana de tiempo que habías reservado para tu estudio ha terminado. Entonces, comienzas a verte afectado por la ansiedad, sientes estrés y culpabilidad. Esto trae consigo preocupación y sensación de agobio por la presión del tiempo, lo que disminuye tu capacidad de ser productivo y eficiente. ¿Te identificas con esta situación?

¿Cómo podemos modificar esta conducta y evitar procrastinar?

¡Todo es cuestión de una buena actitud y ganas de adoptar nuevos hábitos! El primer punto a tomar en cuenta, es hacernos conscientes de que tenemos este problema. Se puede ir un paso a la vez. Para lograr un cambio de hábito a largo plazo, algunos consejos son:

  1. Planifica tus tareas el día antes: si aprendes a organizarte, serás mucho más productivo.
  2. Divide las tareas complejas en mini tareas: esto te ayudará a que sean más cortas y fáciles de realizar, además de que te permitirá controlar tus niveles de ansiedad.
  3. Establece una rutina diaria de actividades.
  4. Evita las distracciones: cuantas más tentaciones poseas para hacer otra cosa, en vez de lo que tienes que hacer, más fácil será procrastinar. Intenta mantener el móvil alejado, por ejemplo.
  5. Aprende a decir no: en ocasiones nos encontramos con que, por pena o temor a lo que los demás piensen de nosotros, aceptamos tareas que no podemos manejar, no son nuestra responsabilidad directa o no tienen nuestro real interés. Este tipo de actividades pendientes, son frecuentemente las que posponemos, y suponen una carga adquirida que nos corresponde llevar a cabo, pero terminan por convertirse también en un potencial causante de la procrastinación.

Esperamos que esta información te haya sido de utilidad. Déjanos tus comentarios u opiniones, ¡nos vemos en una próxima oportunidad!